Esta es una película absolutamente hipnótica, uno no puede empezar a verla y dejarla, porque te atrapa desde el principio, te agarra y no puedes dejar de mirarla hasta el final. Y los motivos son varios.Primero, la historia de Graham Greene que nos sumerge en una trama policíaca de un hombre que trata de averiguar como y porque ocurrió la muerte de su amigo, pero en la Viena de después de la Segunda Guerra Mundial. Una ciudad dividida en partes por los ganadores de la contienda y que, aparece destruida por una guerra cuya sombra aun permanece. Pronto descrubrirá que su amigo no era lo que parecía.
A esto se unen don actores en estado de gracia: Joseph Cotten, cuya década prodigiosa fueron los cuarenta, y un enorme Orson Welles que inunda la pantalla cada vez que aparece y que realiza uno de los mejores malvados de la historia. Juntos tienen las mejores escenas de la película con unos diálogos que ya han quedado como antológicos, al igual que la noria del parque de atracciones de Viena.
Pero tampoco termina ahí el atractivo de esta película, pues a todo esto se suma una filmación a base de ángulos aberrantes y una música prodigiosa de Anton Karas.
Resulta casi imposible que esta joya la rodara, como si tal cosa, el director británico Carol Reed, que nunca volvería a realizar nada parecido y, es por esto, que hoy día esta practicamente demostrado que Welles participo en el guión.
Es resultado es una película prodigiosa y enigmática, que no en balde ha sido elegida en muchas ocasiones por los críticos como la mejor película europea de la historia. Esto, como siempre en estas listas, es discutible, pero lo que si es evidente es que siempre habrá que situarla entre las cinco primeras
Aunque es una película antigua, esta muy bien hecha y se ciñe mucho al libro, en el cual esta basada. Si el libro es muy bueno la película no desmerece nada con respecto al mismo. Tambien me gusta el plantel de actores, asi como el buen hacer del director.
ResponderEliminarY dicho esto totalmente de acuerdo con la crítica.
Una música inolvidable -que no puedes dejar de tararear inconscientemente cuando piensas en la película-. Una fotografía magnífica: de lo mejor que he visto en películas rodadas en blanco y negro (a destacar la escena del portal del edificio totalmente en sombras, que finalmente deja ver el rostro de Welles, con la consiguiente sorpresa para el espectador). Y una trama que te engancha del principio al final.
ResponderEliminarA mí me gusta especialmente la persecución por las alcantarillas de Viena -algo que me parece innovador, porque normalmente el cine se abstenía de mostrar lugares desagradables-.
Y Orson Welles. Este hombre siempre me ha parecido que tenía algo, tanto como actor como como director.
Recuerdo especialmente su audacia al cortar la sexy cabellera pelirroja a Ryta Heyworth y teñírsela de rubio para su película "La dama de Sangai", considerada como una de las diez mejores películas de cine negro, y de la que me gusta también especialmente la escena de los espejos.
Creo que Orson Welles era un hombre realmente creativo y con una estética única hasta el momento -muy innovador, tanto en la elección de motivos, como del uso de las luces y sombras y también a la hora de colocar la cámara (y aquí pienso en "Ciudadano Kane")-. Un hombre polifacético y brillante.
No veo mi comentario. Por si las moscas, lo repito. Me encanta esta película poero especialmente la música que tiene momentos sublimes. En Viena estuve en el parque de atracciones donde está la noria. No bajé a las alcantarillas por razones facilmente comprensibles.
ResponderEliminarPor cierto, descubrí hace un año que en la versión inglesa de la dama de Shangai el personaje que interpreta Orson menciona a Murcia. Dice que mató a un espía de Franco en Murcia, pero el doblaje lo cambió por una ciudad del norte de Africa que no recuerdo, Os mandaré el audio.
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