miércoles, 13 de abril de 2011

MIS MOMENTOS DE CINE: TESTIGO DE CARGO (WITNESS FOR THE PROSECUTION,1957)

El cine de juicios es un género típico del cine anglosajón, que ha dado grandes películas. Esta gran película que nos ocupa es, a la vez, un ejemplo de este género y un ejemplo contra este género, porque, en realidad el juicio termina siendo una gran farsa y la justicia sale mal parada.

No queremos desvelar la increíble trama que Agatha Christie imaginó para su obra de teatro, baste pensar en un acusado de asesinato de una anciana rica (Tyrone Power en su penúltimo papel en el cine), su mujer, que nunca sabemos de que lado esta    ( una magnifica Marlene Dietrich) y un abogado defensor a punto de jubilarse (Charles Laughton en un papel que parece escrito expresamente para él). Cojan a estos personajes, añadanle dos o tres giros inesperados a la historia y tendrán una buena trama de suspense que se desarrolla en la sala del  juicio.

Pero el éxito de la película no esta tanto en la rocambolesca trama, ni en la correcta realización de Billy Wilder que para superar el estatismo del teatro recurre a dos flashback y a movimientos de grúa continuos en el juicio. Lo que hace que esta película quede en el recuerdo son los diálogos introducidos en el guión por Wilder y Harry Kurnitz, llenos de respuestas ingeniosas y cínicas (marca de la casa Wilder) y la gran actuación de todos los actores, pues, se trata, sobre todo de una película de actores. Todos están estupendos, desde los principales a grandes secundarios como Una O'Connor que borda el papel de la criada Janet.

Por encima de todos, lo de Charles Laughton es prodigioso, hay momentos en la sala en los que realmente creemos que le va a dar un ataque al corazón, y, en todo momento vemos a una persona visceral y entregada a su trabajo con pasión, que ahora se encuentra convaleciente. Todo su cuerpo es una lección sobre como actuar.

Por si les queda alguna duda para ver esta película, otro aliciente es que esta rodada en un glorioso blanco y negro.

2 comentarios:

  1. ¡Qué difícil me lo pones, Indy!. No sé cómo me las voy a arreglar para no hacer un comentario tan o más largo que tu propia entrada (¡Me encanta esta película por muchas razones!),...

    Me centraré en dos aspectos: la fotografía y el final.
    La fotografía, además de ser excelente como tal, en este caso es mucho más. Lo mismo que en la vida cotidiana, el lenguaje no verbal (los movimientos de las manos, la posición del cuerpo, la sonrisa, los gestos, ...), es tan importante como el verbal, reforzando normalmente lo que se dice, aunque también, a veces, contradiciendo esto; la fotografía en esta película, no sólo acompaña en todo momento lo que va ocurriendo, sino que, además, nos añade información adicional (genial el plano de la cara de Marlene Dietrich -cuando ésta va a declarar- mitad iluminada mitad en sombra, reforzando aún más la sensación que tenemos sobre ella de incertidumbre sobre si dice o no la verdad).

    En cuanto al final: insuperable. ¿Cuántas veces nos ha ocurrido que, cuando salimos del cine, comentamos: "la película muy bien, pero el final, ... ", "muy americano" o "muy previsible", o algo por el estilo?. Éste no es el caso. Aquí es brillante, tanto por la rapidez con que se desarrollan los acontecimientos, como por la coherencia de los personajes: la reacción visceral de la chica, por un lado, y la rápida reacción del abogado (en contra de su propia salud) porque su respeto y amor a la justicia es tanto, que le es imposible permitir que, después de un error de ésta, se vuelva a cometer otro.
    Una película que no hay que dejar de ver.

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  2. Grandísima película con 5 actores en estado de gracia: Laughton, Dietrich, Power, Lanchester y O´Connor, dirigidos por un gran director de actores como Wilder.

    Sólamente comentar que fue el canto del cisne de dos de ellos, y casi el de otros dos.

    Unna O´Connor murió dos años después, siendo esta su última película. Algo parecido pasó con Tyrone Power que murió filmando Salomón y la Reina de Saba, su siguiente película al año siguiente, con 44 años y además en España. Su papel tuvo que hacerlo Yul Brynner como Salomón.

    En el caso de Marlene Dietrich, se retiraría del cine 4 años después tras Vencedores y Vencidos y Laughton moría 5 años después tras acabar Tempestad sobre Washington.

    Para acabar me gustaría que alguna vez se le reconociera por fin a Elsa Lanchester su gran contribución al cine y no que sea conocida como la mujer de Charles Laughton.

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