jueves, 31 de marzo de 2011

IMPARABLE


     ¡Vaya!. Por fin una sorpresa agradable en la cartelera.

     Sabía muy poco de esta película antes de ir a verla y pensaba que trataba de un robo de un tren o de terroristas que utilizaban el tren para hacer un atentado y que la película contaría cómo la policía o el F.B.I.  intentaba evitarlo; en plan película de acción de montaje rápido y poca historia en su interior.

     Me equivocaba. Sólo acerté en que había un tren.

     La película cuenta una historia real ocurrida en Boston hace años cuando se les escapó un tren con productos tóxicos, a toda velocidad y sin conductor; cómo intentaron pararlo y cómo lo consiguieron finalmente dos conductores con su locomotora. Es decir, una historia de personajes reales, con poca acción y menos efectos especiales.


     Al final, resulta un producto muy entretenido, que recuerda a muchas películas clásicas en su desarrollo y que no deja un minuto de respiro en su hora y media, con lo que cumple sobradamente su pretensión de película de pasar el rato.




     No es Tony Scott (el hermanísimo) uno de mis directores favoritos, al ser de esos que aplican el estilo de la publicidad al cine sin importarle mucho que sean lenguajes distintos y, sobre todo, con fines distintos. Aún así, tolero algunas de sus películas como "El ansia" (una visión distinta sobre el tema de los vampiros, ahora tan de moda), "El último boy scout" (con un grandísimo Bruce Willis haciendo su papel favorito) y "Amor a quemarropa" (con guión de Tarantino).

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