miércoles, 30 de marzo de 2011

MIS MOMENTOS DE CINE: LA PALABRA (ORDET, 1955)

    
      La   obra  de  Carl  Dreyer es  inclasificable y, más aún, "Ordet".

     Drever se forma en el cine mudo, recogiendo las enseñanzas de Griffith y de cineastas del norte de Europa como Sjöstrom, pero desde su Dinamarca natal conseguirá realizar un cine único, en el que merece la pena detenerse.

      Sus grandes obras comienzan con "La pasión de Juana de Arco" y continúan con "Dies Irae", pero, para mí, su mejor película es ésta que nos ocupa y no es extraño que aparezca siempre entre las listas de las mejores películas de la historia del cine. 

     Es difícil definir una película como "Ordet", no existe nada parecido antes y Dreyer no tendrá seguidores. Sin embargo, su puesta en escena es muy sencilla, con largos planos secuencia a través de decorados austeros, poco diálogos y unos actores a los que, deliberadamente, se les pide que sean antinaturales a la hora de mostrar emociones. Dicho de esta forma (ya he dicho que es una película difícil de definir y clasificar) podría parecer que se trata de una película difícil para el público o incluso aburrida; pero resulta todo lo contrario, la película es fluida y te va llevando a su sorpresivo final (riéte de "El sexto sentido") de manera tranquila y contemplativa, reflexionando mientras tanto, sobre filosofía, religión, fé, etc; pero sin adoctrinar, ni realizar ningún panfleto.

     Es una película que transmite una tranquilidad extrema y, al final, uno queda maravillado de lo que le acaban de contar.

     Es, sin duda, una de mis películas favoritas y envidio a quien de vosotros que no lo haya visto: hay un antes y un después de ver "Ordet".


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