jueves, 31 de marzo de 2011

MIS MOMENTOS DE CINE: BLADE RUNNER, 1982

     Me gusta mucho la literatura de ciencia ficción, sobre todo la que se escuda en el futuro para hablar y reflexionar sobre temas de nuestro tiempo, por eso, supongo que me gusta tanto "Blade Runner".

     Esta película no alardea de efectos especiales ni de grandes escenas de acción, intenta entretener con una historia de intriga y suspense deudora del cine negro y, a la vez, consigue grandes reflexiones sobre quiénes somos y qué hacemos aquí, sobre la vida y sobre la muerte y la huella que dejamos en este mundo.


     Es una película que, ya en su momento, fue una apuesta difícil y arriesgada y, como se conserva perfectamente, sigue siéndolo en la actualidd. Su complejidad reside en que uno piensa en una película futurista con Harrison Ford haciendo de detective buscando y eliminando a unos robots rebeldes y se le ocurren muchas películas, pero no ésta.


     No, la película tiene ese argumento, pero no trata de eso, sino que reflexiona sobre eso.



     Y, mientras lo hace, todo transcurre en un futuro ambientado en las películas de cine negro de los años cuarenta, contado en primera persona (por lo menos en la primera versión, ya que luego existen otras tres más), con una fotografía expresionista y una ambientación prodigiosa de un futuro lúgubre y triste como pocos.       


     Todo esto termina de aliñarse con una maravillosa música de Vangelis que lo llena todo casi sin darte cuenta y unas actuaciones prodigiosas, tanto de Ford como de Rutger Hauer, Sean Young y Edward James Olmos.



     Decidan si Rick Deckard es o no un replicante y déjense embriagar por las últimas palabras de Roy Batty (Hauer) antes de morir en la azotea.


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